miércoles, 26 de enero de 2011

Capitulo 47 alternativo. (Dimitri Strigoi)





Mi trofeo al fin.

Mi primer gran sorbo.

Ciertamente la sangre de Dhampir no es tan buena como la de un Moroi, pero esta sangre en especial tenía un valor agregado que ninguna otra sangre hubiese podido tener.

Cada trago fue una victoria en sí misma.

Bebí de él con ansias, con la satisfacción más grande que había experimentado hasta el momento como una Strigoi.

Bebí hasta que el pulso del Dhampir entre mis brazos había casi dejado de existir.

Cuando el momento preciso llegó, rompí la piel de mi muñeca y dejé que la sangre que fluía de la herida chorreara hasta la boca de Dimitri. Él tosió un poco, casi negándose a que el fluido pasara más allá de su garganta. Me pregunté si en algún nivel de su consciencia aún sabía que el líquido espeso y metálico en su boca era mi sangre. La sangre que lo convertiría en un Strigoi como yo.





El tiempo fluyó con rapidez.

Me mantuve a la espera del gran momento todo el tiempo.

Recostada junto a su cuerpo en la habitación que el Cartero me había dado al llegar.

Había decidido que ya que Dimitri despertaría como un Strigoi, no había necesidad de mantenerlo en la habitación de máxima seguridad. Él ya no se resistiría más.

Observé cada cambio.

Desde la palidez progresiva de su piel, que ya había comenzado al drenar su sangre, hasta el enrojecimiento del borde de sus ojos.

Seguí en la misma posición por más tiempo. Esperando.

Hasta que fui recompensada por mi paciencia.

Dimitri tensó las manos, convirtiéndolas en puño y luego soltó los dedos con cuidado. Repitió el movimiento un par de veces antes de abrir los ojos.

Su mirada permaneció en el techo durante algunos segundos. Yo sabía que la primera sensación al despertar en este nuevo estado era, en un principio, algo desorientador. Los sentidos hiper-desarrollados avasallaban la atención de uno, por lo que era difícil concentrarse el algo.

Tras un momento Dimitri habló:

- Rose.- Su voz aparentemente era la misma, pero había algo de fondo que había cambiado profundamente. Una nota que dejaba un rastro, un aviso de precaución, amenaza y crueldad para cualquiera que le escuchase. Poder impregnado en sus palabras.

Me gustó de inmediato.

¿Mi voz habría cambiado de la misma manera?

- Dimitri. – dije a modo de respuesta. Él no me había mirado aún. Seguía con los ojos puestos sobre el techo.

- Lo has hecho después de todo- dijo él, pero ahora se giró con rapidez, quedando recostado de lado. Afirmaba su cabeza con una mano y me observaba con una media sonrisa torcida en los labios, dejando entrever uno de sus recién, y vueltos a adquirir, colmillos.

- Te dije que ganaría- mire directamente a sus ojos, sabiendo que el escudriñaba mi rostro en una especie de inspección.

- Lo hiciste.- Seguía mirándome. Sus ojos recorriendo mi rostro y luego más abajo.

- ¿Te gusta lo que ves?- pregunté, sin moverme. Su inspección no me molestaba en lo más mínimo. Yo había estado haciendo lo mismo durante su proceso de cambio.

- Por supuesto- regresó su mirada hacia mis ojos- Era lo que había deseado hacer la vez pasada, ¿nso? Pues bien. Te me has adelantado… y has hecho un buen trabajo.

Seguimos observándonos el uno al otro por un buen rato. Midiéndonos en silencio.

- Tengo planes- dije finalmente.

- Lo recuerdo…- Se detuvo. Parecía estar pensando y considerando lo que recordaba haber escuchado como Dhampir.- Te vas a casar- su voz fue fría. Más fría de lo que era ahora su nueva voz- … pero tu matrimonio no durará demasiado.

- Había pensado en algo parecido- dije con una sonrisa de aprobación hacia él.- Pero estaba esperando a convertirte para contarte el plan completo.

- Soy todo oído, Roza.

Mis planes eran los siguientes:

Yo cumpliría con la primera parte del acuerdo. Me casaría con el cartero y llevaría a cabo mi papel de “guardaespaldas-conyugal”, una estupidez en la que me había embarcado al aceptar su propuesta.

En el mismo contrato, quedaba estipulado que yo podría mantener un amante. Específicamente, Dimitri era el amante al que yo había insistido al Cartero en agregar  y aceptar dentro de los puntos en los papeles de nuestra relación.

El asunto es que yo no podía tocarle ni un solo pelo al Cartero sin perder los beneficios de ser su esposa, entendiéndose tales beneficios como el dinero, acceso a cuentas bancarias, joyas, influencias poderosas, rango social y futura posición de reinado.

Y este era el “pero” que me mantenía obedeciendo los estúpidos deseos del Cartero. Era la soga que ataba mi cuello y a la cual no encontraba una solución real.

- ¿Y quien dice que tengas que hacerle caso? – preguntó Dimitri después de haber hecho un resumen de mi actual condición frente a las disposiciones del Cartero.

- ¿A qué te refieres? –pregunté, curiosa por el extraño brillo en sus ojos. Me acomodé mejor sobre la cama, sentándome con las piernas cruzadas.

- Una vez que el Cartero te conceda ante todos un puesto como la nueva realeza Strigoi, no habrá nada que rescinda ese título. Por lo que comentas, el Cartero se limitó a establecer clausulas sólo al aspecto monetario de su relación matrimonial contigo. No se habla acerca de los planes de títulos de realeza en el contrato. E, incluso si hubiese incluido en los términos de la sociedad el factor “titulo”, una vez que seas nombrada ante la sociedad Strigoi y el resto de los Morois y Dhampirs, no habría nada que te evitara gobernar.

>> Nosotros dos somos lo más poderoso sobre esta tierra. Juntos seremos invencibles. Las sociedades humanas, Morois, Dhampirs y Strigois nos temerán. Nadie se atreverá a objetar lo que digamos. 

- ¿Qué hay del Cartero?- pregunté, a pesar de que ya intuía la buena respuesta que Dimitri me daría.

- Lo mataremos después de que seas coronada. Los acuerdos sobre el dinero no son importantes. Lo tomaremos de todos modos. ¿Quién podría interponerse en nuestro camino entonces?

Tan sencillo como eso.

La verdad es que, yo sola era poderosa. Pero con Dimitri de mi lado, éramos, ciertamente, lo más temible del planeta.


- Me gusta tu estilo- dije. Cambié de posición, empujándole para que quedara de espaldas y yo sobre él. Lo besé con fuerza.

El entrelazó los dedos en mi cabello, pero no con la suavidad con la que antes me hubiese tratado. Su modo ahora era brusco y sin cuidado.

- Esto es mejor-dijo, girando para quedar él sobre mi- Odiaba tener que ser cuidadoso contigo cuando eras Dhampir y yo Strigoi- Su boca volvió a la mía, mordiendo mi labio inferior, logrando que sangrara.

No me molestaba que fuese rudo en tratarme. Yo no era “señorita suavidad” de todos modos. Es más. Me gustaba causarle daño mientras nos besábamos. Una guerra de poder camuflada entre besos y carisias.

Y mientras continuábamos en nuestra privada, y mucho más ardiente batalla personal, pensé que nuestra relación desde ahora en adelante no sería una que se basase en el romanticismo, el cariño o esa clase de sentimientos. Yo no sentía… no sentía amor por él. Lo que yo sentía era… algo similar a ser su dueña. Como si tener a Dimitri a mi lado fuese un objetivo en mi agenda que debía ser tachado como algo ya logrado. Como si tenerlo fuese algo que debía ser porque yo podía lograrlo. Él debía estar conmigo porque era mío. Mi posesión.

Supuse que para Dimitri el sentimiento era parecido.

***



Dimitri y yo caminábamos por el pasillo rumbo al despacho del Cartero.

Abrí la puerta sin tocar, entrando con Dimitri a un par de pasos tras de mi

Encontré al Cartero sentado tras su escritorio, dirigiendo lo que podría llamarse “una reunión de negocios”.

Sentados en los sillones laterales de la habitación había un par de Morois vestidos con trajes de diseño; un par de guardias Dhampirs, aprestados a los costados del Cartero al fondo de la sala, mantenía la vista fija al frente; y un Strigoi recostado del lado contrario a los sillones, sobre una de las estanterías repletas de libros, se giró en cuanto nos vio. Su cara palideció más de lo que una cara Strigoi ya puede palidecer.

Miró de Dimitri a mí, y luego al Cartero, como si le pidiese una explicación de lo que veía.

- Caballeros- dije, mirando a los presentes, en un tono burlonamente educado- Les presento a un amigo, que creo, la mayoría ya conoce- Miré hacia atrás, donde Dimitri se mantenía de pie con los brazos cruzados- Dimitri Belikov se une a las filas… ¿No les parece estupendo?

- ¿Estupendo?-repitió uno de los Morois con pinta de abogado, mirándome con horror- Quién ha permitido semejante barbaridad- miró al Cartero y luego de regreso a mi- Esto no estaba en los planes- dijo en murmuro, asustado y claramente contrariado con la noticia.

- Acuerdos de último minuto, mi querido Jason – dijo el Cartero, con una mirada evaluativa fija en Dimitri.

El Strigoi se adelanto unos cuantos pasos, acercándose a mí.

- ¡Estás loca! –me dijo- Lo has convertido en uno de los nuestros a sabiendas de lo que fue capaz. ¡Él es una amenaza y tú eres una mujer estúpida!

Dimitri se movió tan rápido que incluso a mi me costó seguir el movimiento con claridad. Un segundo atrás había estado a mi lado y, al siguiente, se encontraba tras la espalda del Strigoi. Puso las manos en la cabeza del vampiro y con un solo giro de muñeca fracturó su cuello, dejando que la cabeza colgara del cuerpo en una posición antinatural.

El Strigoi no estaba muerto, pero definitivamente el susto y el dolor no se los quitaría nadie.

- Gracias- dije a Dimitri y él asintió con la cabeza, dejando caer el cuerpo del Strigoi con un golpe sordo sobre la alfombra.

Los Dhampirs estaban sumamente quietos en sus puestos y los Morois parecían hojas de árboles azotadas por el viento, tiritando y respirando con dificultad.

Avancé hacia el escritorio del Cartero, aprovechando de pisar y patera el cuerpo del Strigoi en el camino.

- Siento lo de tu muchacho- dije, apuntando con mi pulgar hacia mi espalda-, pero estarás de acuerdo que Dimitri no hizo más que defender nuestro acuerdo. No creo que nadie más deba inmiscuirse en nuestros asuntos, ¿verdad?

- Claro, cariño- El Cartero sonrió, pero noté que había cierta inquietud en su semblante. Al parecer, ya no estaba tan convencido acerca del haberme permitido transformar a Dimitri.

Dimitri se acercó también hasta nosotros. A su paso se escuchó el chasquido de huesos quebrándose. Un poco de propina para el Strigoi.

- Señor-dijo Dimitri, tendiéndole una mano al Cartero- Rose me ha puesto al tanto de todo. Quiero decirle que estoy de acuerdo en sus planes y que estoy dispuesto a ayudar en lo que sea necesario.

El Cartero extendió su propia mano para estrechar la de Dimitri, pero sin antes basilar ligeramente. Un gesto tan imperceptible para los demás, pero muy claro para la vista Strigoi.

- Excelente…- dijo el Cartero finalmente, retirando con cuidado su mano de la de Dimitri, como si temiera que él fuese a destrozarle los huesos en cualquier segundo. Cosa que yo hubiese disfrutado de observar –Nuestra alianza será provechosa.

>> Mañana se llevará a cabo nuestro matrimonio -dijo mirándome a mí y luego regresando la vista hacia Dimitri- y unos días más tarde yo también seré transformado por mi hermano en uno de ustedes.

Sonreí, como si la descripción de su plan fuese lo más razonable.

Pero el asunto era que el Cartero no disfrutaría mucho de su vida como Strigoi. Una vez que se llevase a cabo nuestra titulación como nueva realeza Strigoi, Yuri Vasíliev, alias el Cartero, dejaría de existir definitivamente. Su muerte a manos de Dimitri Belikov y Rose Hathaway, los nuevos amos y señores del mundo.

- Perfecto- dije- Y yo sé bien donde conseguir una dama de honor perfecta para nuestro matrimonio. Nada mejor que la propia realeza Moroi comience a socializar con la futura realeza Strigoi.

Dimitri sonrío perversamente.

- Yo puedo traerla para ti, Rose. Será un honor –dijo él.

- De acuerdo. Así podré hacerme cargo de su vestido y del mío –dije sonriendo hacia el Cartero, quien sonreía a su propio modo, muy divertido al parecer por mi idea- Vasilisa Dragomir será la madrina perfecta. Y más tarde será también la mejor muestra del poder de los Strigoi. La desaparición de su línea de sangre será el aperitivo a la presentación de nuestra nueva era.


1 comentario:

  1. alena menos mal q en la votacion gano el NO xq no me gusta para nada eso ya q yo los veo imparables x nadie asi q seria un caos infernal bueno muchas gracias x el sobre esfuerzo de esta capi esta muy bien y aqui esperando el verdadero soy fatima

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